Te balanzas con sutileza y brevedad sobre este cuerpo, que con una sola mirada has de sus mas profundos instintos congelar. Sin poder correr, preso yazco debajo de ti. Me miras fijamente como si explicaras como dispondrás de mí. Disfrutas de una manera salvaje del olor de mi cuello y pruebas de mis labios el sabor sal que va dejando el miedo que brota de lo mas profundo de mi piel.
Por primera y quizás última vez entre tanta la oscuridad definirás si soy o no presa de tu agrado. Sutilmente me tomas y cargas en mis labios el sabor de una emoción que me deja con increíble duda de, que si solo con pequeño bocado saciaras inmenso deseo de vuestro ser. Con cada movimiento, mientras más lucho mas tomas de mí, mientras mas trato no logro respirar algo que no sea tu incontrolable de mí.
Es una tristeza soy un presa fácil de tus bajos instintos, instintos animales e indomables.
En mi letargo final solo se que de mi cuerpo del sin prisa has de abandonar. La poca conciencia que queda, que no me da creer si he sobrevivir. En aquella escena donde no queda nada mas que tu olor sobre esta sorprendida presa, que dejas tirada tan deseosa de morir por ti, como tu por morir por mi.