lunes, 21 de abril de 2008

PETALS

Al final del día me pierdo en un rincón de mi inconsciente mente, donde aun queda latente la suavidad del olor que dejo una esfera de luz en mis manos. No puedo olvidar las sensaciones que dibujo en mis recuerdos. Su forma, su color, si suave calor que de escapo como una sonrisa silente en la completa oscuridad mis labios.


Perdido en su vivo recuerdo, balbuceo con volver a tener aquel sublime latido de vida que pusiste entre mis manos e intentar atraparlo para siempre en mí. ¿Como llegaste a mi? O ¿Cómo llegue a ti? Preguntas que cierran mis pupilas enviandome a otro lugar, lejos de donde alguna vez pude estar.

Esta allí mi destello de luz, siendo empuñado como una noble espada por aquellas manos que se acercan. Con cada incesante paso aquellas manos se levantan y con cada segundo mi alma desea ser ajusticiada por aquella tierna claridad que se acerca sin temor a nada.

¿Cómo llegue a ti? ¿Cómo has llegado a mí? Susurros, las mismas preguntas que habitan en los escaparates de mi mente. Preguntas que emanan de aquello que encierran aquellas manos. ¿Por que? ¿Cuando? ¿Como? Las preguntas se multiplican con cada paso. ¿Sin ti? ¿Sin mi? ¿Contigo? ¿Conmigo? Preguntas que al parecer solos no llevan a preguntarnos más de nosotros mismos.

Estas en frente mió, empuñando aquella blanca espada, preparada para entregar algo más que un trozo de su alma o arrebatarme todo lo que alguna vez fui antes de ti. Al abrir mis ojos es más evidente que te has ido, pero esta vez has dejado como huella un pétalo de luz cálida que responden mis porqués.

En mis manos esta de nuevo su suave aroma e inconfundible color a primavera. Aquel que se encuentra en tus manos, aquel que quiero robar de tus labios.

El que juro que jamás olvidare.