martes, 8 de abril de 2008

PERMANENTE

Nada es permanente, así como las huellas en la arena olvidadas tanto por el viento y las olas que alguna vez besaron los pies que las dejaron allí abandonadas. Huellas que fueron los cimientos de aquellos momentos multicolores repletos de magia. Magia que escribió son sutileza todos nuestros cambiantes sentimientos marcados sobre aquella suave arena.

Nada es permanente, como tú o yo que intentamos encontrarle una razón a cada nueva emoción que nos toca. A cada nueva sensación la que se encuentra escondida un abrazo de bienvenida, en el beso que se pierde tímidamente en tu frente y al triste abrazo de despedida.

Nada es permanente como un rayo de sol que escurre en entre la sabanas de la noche o como la noche que corre tratando de escapar del frió dejándonos desnudos frente a cada mañana. En la cuales encuentro mi rostro rodeado por tus pequeñas manos y mis brazos atados a tu olor.

Nada es permanente, pero se ha vuelto permanente el deseo estar a tu lado cada vez que late este corazón. Se ha vuelto permanente la sensación de un beso que dejan tus labios que apenas he besado y el deseo de quedarme con cada abrazo por siempre en tu regazo.

Pero aunque se que ya nada es permanente, se ha vuelto inevitablemente permanente que aun segundo de no tenerte… ya te extrañe.